lunes, 27 de octubre de 2008

El semáforo de Leo


Leonardo fue de esos alumnos que a veces se resisten un poco a recibir a las seños. Por eso, cuando nos hicimos amigos, le propuse que armaramos juntos un semáforo espanta maestras. La idea era que cuando las maestras llegabamos a la puerta de su habitación, el encendía la luz roja si estaba de mal humor, y verde cuando quería recibir clases. Por suerte nunca vimos la luz colorada...

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